12.11.10

El deshonroso récord de la SER en El Aaiún

por Haddamin Moulud Said

Ya hay quien reclama, para el equipo de la SER, el Premio Ondas. Y el titular que reproducen todos los medios de comunicación y, fundamentalmente, la SER, es el siguiente:
“La SER ha roto el bloqueo informativo impuesto por Marruecos en El Aaiún”.
Los periodistas concernidos, Àngels Barceló, Nicolás Castellano y Ángel Cabrera, de paso, se han colgado este título:
“Los primeros en romper el bloqueo informativo impuesto por Marruecos en El Aaiún”.
Después de los titulares y los títulos vayamos, ahora, a los orígenes de este deshonroso premio de la cadena SER.
El equipo de la SER se fue al Sahara Occidental, no para romper un bloqueo informativo, sino para informar de unos hechos, que por las informaciones que van saliendo, tiene toda la pinta de ser un genocidio, de igual magnitud, que el genocidio llevado a cabo en la región de los Grandes Lagos en África, en 1994. En efecto, las imágenes y vídeos captados por los teléfonos móviles y, especialmente, esa foto de dos bebes ensangrentados cuyas madres habían sido asesinadas por los marroquíes, huelen a un auténtico genocidio perpetrado por Marruecos para extinguir al pueblo saharaui.
Recordemos que ya desde el día anterior al ataque al Campamento, el POLISARIO, venía alertando sobre la inminencia de una masacre. Desgraciadamente, la Comunidad Internacional puso oídos sordos y Trinidad Jiménez Reina se largó a la región de Ayo Ayo en Bolivia, para no oír nada.
El relato de los hechos que ofrece Marruecos goza, exactamente, de la misma presunción de veracidad de la que gozaba la muerte del joven marroquí Younes, supuestamente abatido, hace un par de semanas, por la Policía española, en Melilla. Es decir, todo lo que dice Marruecos es falso.
Es evidente que cuando, Marruecos, decide imponer el cerrojazo informativo, no es para tratar, con guantes de seda, a los saharauis. Marruecos dirige una afrenta a toda la Comunidad Internacional, impidiendo el acceso al territorio, a la vez, que lleva a cabo una auténtica carnicería humana.
Esa afrenta si dirige, en primer lugar, a los periodistas, que de esa manera se ven privados de la posibilidad de llevar a cabo su trabajo. Y es natural que, en situaciones como ésta, aflore el verdadero espíritu de la profesión, la verdadera vocación periodística. Es en las situaciones de extrema gravedad (guerras o catástrofes) donde emergen los verdaderos profesionales del periodismo.
Por su parte, los afectados, se encomiendan a Dios y a los periodistas para que las informaciones que transmitan no sean las peores. Y, especialmente, para que éstos últimos den datos verosímiles sobre lo que ha ocurrido y lo que sigue ocurriendo, en este caso, en El Aaiún.
Cuando el equipo de la SER penetra en el Sahara Occidental, desde Mauritania, y comienza a emitir desde El Aaiún, todos los saharauis sintonizamos la SER para escuchar un relato llevado a cabo por tan valientes profesionales. Y cruzamos los dedos para que lo que vayan a lanzar sus ondas no nos ponga ante el peor de los escenarios imaginables: un genocidio.
No quisiéramos, con estas palabras, poner en entredicho la talla profesional de Àngels Barceló, Nicolás Castellano y Ángel Cabrera. Nadie pretende quitar mérito al gran trabajo de estos profesionales.
Pero:
1).- Existen datos de entidad gruesa que permiten sospechar que, efectivamente, Marruecos ha llevado a cabo un genocidio.
2).- Los tres periodistas, antes de salir de España, sabían que Marruecos, había decretado el cerrojazo informativo y había impedido a muchos periodistas alcanzar El Aaiún. Es decir, ante las dificultades que les esperaban, habían elaborado algún plan que les llevara al éxito.
3).- Una vez en El Aaiún, los periodistas, anuncian que han alcanzado la cima del Everest. Y todos los medios de comunicación anuncian el récord: “Tres corresponsales de la SER han roto el bloqueo informativo en El Aaiún”.
4).- Ellos mismos, informan desde El Aaiún sobre su periplo para alcanzar la cima, dando ciertos detalles del viaje.
Es decir, ellos mismo, se impusieron el irrenunciable deber de informar sobre los hechos ocurridos.
Repetimos. Todos los indicios apuntan hacia un genocidio. Y esta situación extraordinariamente grave, pone a Àngels Barceló, Nicolás Castellano y Ángel Cabrera en el deber inapelable de seguir valiéndose de las mismas armas con que se valieron al entrar, para seguir informando de los hechos. Ese era su deber inapelable.
5).- Finalmente, comunican a la Policía marroquí su presencia en El Aaiún, dando por concluida la epopeya.
Desgraciadamente, cuando deciden comunicar a la policía marroquí su presencia en El Aaiún, sabiendo de sobra que eso supone el fin de su viaje, estaban, en ese momento, renunciando a informar. Se habían bastado ya con los galones que les habían colgado las noticias, unas horas antes. Los afectados, aquellos que sintonizamos la SER para oír noticias dadas por profesionales, nos quedamos igual de desinformados que como estábamos.
Con su decisión, han demostrado que todo el guirigay montado era tan sólo para colgarse un deshonroso premio. Inefable. ¿Para qué han ido a El Aaiún?
Curiosamente, el Gobierno de España, apela al desconocimiento de los hechos para no condenar a Marruecos y la SER renuncia a romper ese desconocimiento.
Para terminar, yo, también, creo que se merecen el Premio Ondas. Pero, si lo consiguen, me gustaría dejar caer, sobre ese Premio, algunas gotas de sangre.
Haddamin Moulud Said
12.11.10

--------------Este texto expresa la opinion del autor y no de los moderadores del foro.
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